martes, 15 de octubre de 2019

Un puñado de sombras, de Leandro Pinto




Los libros de relatos suelen ser un modo perfecto para conocer las filias e inquietudes de aquellos escritores que apenas conoces y quieres saber de que pie cojean y, por otro lado, un pequeño regalo para disfrutar de los autores a los que ya vas siguiendo la pista y estás ya de lleno dentro de su universo.
En el caso de Leandro Pinto se unían ambas cosas. Por un lado ya había disfrutado de uno de sus relatos de la serie Demencia y quería indagar un poco más en su manera de ver el horror. De ahí que cuando me encontré con la portada de este libro, con esa presencia espectral e incómoda me decidí apostar por su lectura. 
¿Y que es lo que encontré en sus pequeñas historias? Pues varias cosas. De entrada la idea de que aquí el autor se ha lanzado a describir todas aquellos miedos que, quien más o quien menos, hemos padecido en algún momento. Miedo a la muerte, al dolor, a lo desconocido. Miedo a los vampiros, fantasmas o criaturas demoniacas surgidas de un horror desconocido. A animales descontrolados, científicos locos, a las cucarachas...todo tipo de miedos que en algún momento dado hemos padecido se dan paso en los siete relatos que componen esta obra.
Pero es que, aparte de eso, este libro es un homenaje a los seguidores de esa sensación tan placentera e incómoda que tanto nos gusta. La de el terror. Porque cualquiera que tenga historias a sus espaldas tiene que disfrutar como yo lo hice de historias como la de Bela y uno de nuestros más temibles miedos de la infancia, la de Sephora, el que para mi se convierte en el mejor de los relatos, o la tremenda historia con el que se cierra la recopilación, heredera directa de Cronemberg. En lo visual, claro, porque luego viene la parte narrativa y ahí se nota perfectamente que nos encontramos con un autor que tiene a sus espaldas muchas noches sin dormir bajo el cobijo de lo gótico. Y si, son esos autores que tanto hemos leído. Están ahí, respirando entre las líneas, mostrando su trascendencia aún cien años más tarde.

En resumen, esta serie de relatos está hecha para cualquier amante del género. Desde para aquel al que le gusta la sutileza, ¿he dicho Sephora? al que prefiere disfrutar de lo grotesco y lo incómodo. Porque ¿a quién no le gusta abrir un ataúd y mirar lo que hay dentro? ¿Quién no tiene curiosidad por subir al laboratorio secreto de un científico loco? ¿Quién no tiene miedo a que se acabe la anestesia?

sábado, 12 de octubre de 2019

En el bosque, bajo los cerezos en flor. De Ango Sakaguchi


Llegó a mis manos este pequeño libro sin tener mayor idea de su contenido. Sabia que quien me lo había regalado tenía buen gusto y que conocía mi descarada devoción por todo lo asiático y mi afinidad por lo terrorífico y lo macabro. Así que lo comencé con la mente abierta y a las pocas páginas ya tenía en la cabeza la idea de que esa pequeña historia me iba a gustar.
Que a las primeras de cambio leas las peculiares aficiones de una doncella no deja ser impactante. Llevo varios libros donde la sugerencia prima sobre lo visual y aquí, sin embargo, a las primeras de cambio te describen con precisión algunos pasajes muy macabros. Me fascina la capacidad que tienen los escritores asiáticos de pasar de la delicadeza de un bosque de cerezos a esos pasajes tan incómodos de leer.
Y cuando continúo con la lectura resulta que es un libro de relatos. Tres en concreto. Y eso que, en un principio le decepcionó se convierte en un tremendo acierto al iniciar la joya que es el segundo de los relatos, donde te metes en la piel de un ebanista lleno de rencor que se enfrenta a un trabajo de lo más peculiar. La lectura de este relato es tremenda, lleno de pasajes extremos donde se mezcla lo espiritual y lo visceral. Una historia que te atrapa en sus pocas páginas y que se queda en el recuerdo para siempre.
Quizás el último de los relatos se queda corto. No porque sea malo, sino porque parece que está completamente alejado de los otros dos en cuanto a propuesta. Aún así es una delicia.
En definitiva, un libro muy recomendable de relatos en el que te puedes sorprender al descubrir las propuestas terroríficas que te sugieren los escritores asiáticos.

jueves, 10 de octubre de 2019

Descansa en paz, de John Ajvide Lindqvist



En el ya conocido subgénero de la literatura zombi, aunque en esta historia es necesario cambiar el término por el de muerto viviente, la innovación y la búsqueda de una idea diferente no es muy habitual. De ahí que esta novela sea tan necesaria y demoledora en muchos aspectos. Capaz de estremecer y aterrar como pocas, no es un libro en el que se respeten los cánones habituales del género que creó Romero hace ya unos 50 años.
Aquí los seres fallecidos regresan. Y regresan como los seres en que se han convertido tras su muerte. No como criaturas hambrientas de carne, deseosas de encontrarte en masa para que te unas a su horda. Vuelven confundidos y tristes. Desesperanzados, impersonales y con la mínima y angustiosa conciencia de que no deberían haber regresado. 
Pero esta historia no va sobre ellos. Plantéatelo por un momento. ¿Qué estarías dispuesto a hacer por volver a tener cerca a tus seres más queridos? ¿Serías capaz de amarlos aún cuando sus cuerpos se están descomponiendo? ¿Te haría ilusión que regresara a tu lado la persona que más te ha hecho sufrir? 

El terror que abunda en este libro va más allá de la presencia de estos seres queridos en descomposición. Y no es poco, que hay momentos tan estremecedores que será imposible que no se te erice la piel. Momentos repulsivos, incómodos y provocadores. Pero este libro va de otra cosa. Va de mirarte en el espejo y aceptar nuestro egoísmo. De nuestra crueldad innata cuando nos sacan de nuestra zona de confort. De remordimientos y, sobre todo, de descansar de una maldita vez en paz.

lunes, 7 de octubre de 2019

El monje, de Mathew G. Lewis



¿Saben esa sensación que uno tiene cuando está leyendo una novela a la que le quedan apenas unas cincuenta páginas y que hace que empieces a leerla más lento porque no quieres que se termine? Todos la hemos tenido más de una vez y eso suele ir acompañado de un regusto dulce en el paladar que te invita a hacer críticas grandilocuentes y entusiastas acerca de lo que acabas de terminar. Gritas a todo el mundo que tienen que leer este libro. Sonríes cuando alguien a quien ni siquiera conoces sabe de la existencia de esta historia y vas buscando como un loco nuevas reseñas y adaptaciones al celuloide de la historia porque quieres seguir adentrándote en un mundo nuevo que desconocías poco tiempo atrás.
Este es uno de esos libros. Uno de esos que perdurará para siempre en tu cabeza y que lo subirás a los más elevados peldaños de tus lecturas favoritas.
¿Pero realmente es tan bueno como dicen? Si esa es una de esas novelas pomposas que se enredan en tramas rebuscadas y que apenas dará nada de miedo. Mmmmm, déjenme explicar unas cositas.
Hace más de doscientos años el ser humano tenía otra visión de lo sobrenatural y manejaba unos acordes del terror que no se pueden equiparar a los que estamos acostumbrados en estos tiempos. Hoy en día leemos acerca de posesiones demoniacas, asesinos enmascarados, cadáveres que regresan con ansias de sangre y tripas, licántropos, vampiros y espectros vengativos y toda una suerte de criaturas que nos deleitan con sus temidas presencias. 
Pues imaginen por un momento que pudieras recopilar  todos los temores actuales y adaptarlos para los lectores de una época pasada donde el miedo a la muerte, a la presencia de espíritus, a los infiernos y a la pérdida de la virtud se unieran en una sola novela. Y que todas y cada unos de los engranajes que sustentan una situación aterradora se alinean para mostrarte una historia compacta que no se te va a quitar de la cabeza con facilidad.
Entonces, ¿tienes que leerlo si o si? Pues depende de ti como lector. Si esperas una novela de digestión rápida, que no te haga pensar y que esté llena de situaciones aterradoras en cada capítulo que leas mejor no te fíes demasiado de mi entusiasmo. Pero si están dispuestos a dar ese paso adelante y quieren conocer la historia de este monje Ambrosio, ejemplo andante de virtud y coraje y ver cómo sus más absolutas convicciones se van al carajo sin que apenas se pueda dar cuenta es la novela que están tardando en leer.
Y no solo eso, que ya sería más que suficiente. A lo largo de la novela iremos conociendo otras historias igual o más terroríficas que la de el monje. Habrán extraños exorcistas, monjas impuras, castigos inhumanos, confusiones fantasmales, serpientes, cadáveres putrefactos, torturas medievales, engaños, sexo no consentido, humor negro, leyendas medievales, fantasmas, espíritus, magia negra y brujería, querubines, maldiciones, pueblos enfurecidos, criptas y hasta un final que te helará toda tu memoria desde el momento en que dejes de leer esta novela. 
Esta novela es para mi ya lo mejor que he podido leer este año y, probablemente, me acompañará durante mucho tiempo en mis recuerdos. 

A todos aquellos que me pregunten si merece o no la pena leer esta obra clásica cumbre del gótico, de más de dos siglos de antigüedad, y uno de los exponentes máximos del género del terror les tendré que decir que están tardando en hacerlo.

jueves, 3 de octubre de 2019

Angus dei, de Nieves Moiries



¿En donde se encuentran los límites de la cordura? ¿Cuáles son los factores que desencadenan la desconexión con nuestra realidad? ¿Eres tú quien crea monstruos o los monstruos buscaron el modo de moldearte a ti?
Esta pequeña novela no te va a plantear ninguna de esas preguntas, al menos abiertamente. Es una mera descripción de sentimientos ahogados, que piden a gritos escapar de una realidad incómoda de la que solo puedes escapar mediante la muerte. A pesar de ello, no dejas de sentir que quedan miles de cuestiones en el aire cuya verdadera respuesta la tienes que encontrar por ti mismo. Porque te invita a entrar en la cabeza de una mente deshecha, torturada,  incapaz de diferenciar entre la dura y perturbadora enajenación y una no menos dura y perturbadora realidad.
Enfrentarse a la muerte, a la tuya y a la de tus seres (no) queridos no es agradable. Más cuando son ellos los culpables de que tu vida se haya convertido en una auténtica pesadilla. El amor y el odio son las dos caras de la misma mierda. ¿No parece razón suficiente como para desear acabar con ella?
Esta es una novela incómoda, difícil, confusa, terrible y real. Puede que no termine de gustarte. Y es que los libros, y la vida, no siempre son tan agradables como tú  esperabas.

miércoles, 2 de octubre de 2019

Preciosa oscuridad, de Fabien Vehlmann y Kerascöet



Esta es una de esas rarezas que puedas amar u odiar según pasen los minutos. Una pequeña fábula fascinante en la que descubres una historia en apariencia simple y con poca trascendencia pero que encierra en cada una de las viñetas una explosiva combinación de mal rollo y extrañeza. 
No se me ocurre un mejor modo de describir esta historia que plasmando mis sensaciones. La lees de una sentada y, cuando llegas al final del tebeo piensas, ¿pero qué basura es esta?, ¿dónde está ese cómic tan fascinante que la gente alababa con entusiasmo? ¿eso que vi era realmente lo que vi? ...espera que lo leo de nuevo porque hay algo que no me cuadra. Y es en ese momento en el que empiezas a percibir ese regusto de mala leche y comienzas a entenderlo.
Porque la historia es un caos de pequeñas tramas, a cada cual más surrealista. Todas y cada una de ellas llenas de bajezas propias del ser humano más humano. Porque no deja de reflejar en esos personajes de cuento de hadas cada uno de los peores comportamientos que tenemos escondidos. En ese sentido es un fiel reflejo de una sociedad limitada por lo políticamente correcto. Cuando te pierdes por sus páginas, y lo haces dos, tres o más veces sin que te des ni cuenta, entiendes que las eternas fábulas estaban llenas de todo esta mala leche. Personajes zafios, egoístas, perversos y mal intencionados que bajo su apariencia angelical estaráb dispuestos a sacar lo peor de su esencia.
Una rareza mágica que te remueve por dentro.

martes, 1 de octubre de 2019

El espectáculo del vampiro, de Richard Laymon


Mi primera incursión en los mundos de Richard Laymon y ha sido un auténtico fiasco. Y me da rabia, porque he visto dentro de esta novela muchas ideas buenas y la insinuación de muchas tardes que vamos a pasar acompañados. Su narrativa ágil, sus abundantes y cercanos diálogos, su capacidad de invitarte a entrar en la mente de los personajes han ganado mi confianza como para seguir leyendo algo más de este autor.
Porque tenía entendido que las tramas de este escritor tenían la capacidad de estremecerte. Sangre, visceral, tramas macabras e inquietantes, todo lo que había oído se Laymon me avisaba de que estaba en frente de una mente enferma dispuesta a perturbar a todo aquel que quisiera una historia poco convencional.
Pues nada de eso aparece por El espectáculo del vampiro. Nada. Y mira que, aún siendo aproximadamente unas cuatrocientas páginas, la letra es tan pequeña que podría doblar las mismas en cualquiera otra edición. Y lo peor es que, a pesar de eso, en ningún momento aparece esa trama que esperas y que no se intuye en ningún momento.
Esta historia versa sobre la amistad, el descubrimiento del sexo, la responsabilidad, el miedo a la pérdida, la violencia...y todo eso está muy bien desarrollado. El problema viene cuando el título del libro es El espectáculo del Vampiro.
Bien, seguimos adelante, una página más. ¡Vaya! aquí aparece un perro infernal. Sigamos, ¡mira han entrado en la casa! Esto empieza a ponerse interesante. Bueno, no era lo que yo pensaba, pero seguro que ahora...y así van pasando páginas y páginas sin que realmente vayas a ningún lado, más allá que la historia de esa amistad y el desarrollo de los personajes.
Entonces, será el final donde todo estalla. Seguro que el autor está encariñándome con los personajes para que me duela en lo más profundo lo que lea va a ocurrir ante el espectáculo. Me temo que lo van a pasar muy mal...y así te das cuenta de que llegan las últimas cincuenta páginas. 
A partir de aquí todo se precipita y pasa lo que tiene que pasar. Nada que objetar salvo que es un auténtico despropósito. Situaciones absurdas, cambios en el comportamiento de los personajes sin venir a cuento, llegada de Rambo a la trama. La verdad, si por algo hay que leer este libro es por esa última parte en la que el autor te dice algo así como: “mira chico, olvídate de las últimas trescientas páginas y vamos a improvisar” un auténtico calvario en el que, lo peor de todo, ni siquiera tiene una pizca de mala leche. Tan solo un párrafo, un magnífico párrafo en el que sientes que este autor puede ser capaz de crear situaciones incómodas y que pronto las empezarás a leer.
No todo es malo. Los personajes femeninos aquí están muy logrados y son los que realmente llevan el peso de la historia. Sin ellos no habría trama, directamente. Pero no merece la pena un libro con tanta extensión para demostrar que los varones somos simples, torpes e imbeciles. 
En fin. Una lectura fallida que puede gustar a quienes quieran ver una historia de amistad sin esperar nada más allá. Una pena.

Lobos, de Xavier M. Sotelo



¿Cómo podría describir las sensaciones que tengo ahora, a minutos de terminar esta obra de Xavier M. Sotelo? Ninguna de las palabras que utilizará haría justicia. Emoción, angustia, miedo...todo y más. Con cada página que leía mi cabeza volaba pensando: “no me puedo creer lo que estoy leyendo”. Han vuelto, el mito del hombre Lobo ha vuelto y lo ha hecho por la puerta grande.
El licántropo había desaparecido de la mente de los aficionados al terror. Ninguna historia conseguía hacer justicia a esa criatura tan amenazadora que recopilaba en un mismo cuerpo la fiereza y visceralidad de un animal leta como el lobo y el raciocinio y la mala leche que puede aportar un ser humano. El hombre Lobo lo tiene todo para ganar y más si caza en manada. Pero la literatura y el cine los habían dejado de lado, apareciendo solo como agentes secundarios a la sombra del resto de criaturas de la noche.
En esta obra no. Aquí son la estrella y lo hacen con todas las consecuencias. Despiadados, inteligentes, crueles y brutales, las criaturas se mueven a sus anchas destrozando por completo a sus pobres víctimas. Y lo mejor de todo, es que estas te importan. Y mucho.
Las primeras páginas de esta novela podrían parecer desesperantes. El autor emplea el tiempo suficiente para que conozcas a cada uno de los personajes que van a perecer más tarde ante los lobos. No pretendo destripar, que bien empleada la palabra ahora, la novela. El autor deja claro en sus primeras páginas el brutal desenlace que tendrán los jóvenes que se adentran en tierras desconocidas. Avisa al lector y eso hace que conforme vayas leyendo sus circunstancias te apene el saber que pronto todas esas vivencias quedarán en nada. Genial la jugada del autor al que adoro desde ya.
Luego llega la noche y con ella todo lo que vendrá con la luna. Aquí el lector encontrará todo lo que espera y más. No voy a entrar en espoilers pero diré que mis expectativas se cumplieron con creces. El autor no escatima en detalles acerca de lo que lees y es capaz de describir con certeza todos los sucesos que hará disfrutar, y horrorizarse, al lector. El resto de la trama ya te tiene ganado y, aún así, seguirá sorprendiéndote.
¿Qué más puedo decir? Creo que el resumen sería algo así a que estoy ante una de mis lecturas indiscutibles del año y que no deben perdérsela si les gusta el género. Es muy difícil de conseguir en España, pero si consiguen hacerse con una copia, no duden en hacerlo. Merece la pena leer esta magnífica obra que te vuelve a reconciliar con el miedo a la luna.

Cuentos de amor de locura y de muerte, de Horacio Quiroga




Analizar una obra tan preciosa como ésta asusta. Porque sabes perfectamente que te enfrentas a un clásico de la literatura, pieza fundamental en la historia de las letras universales y referente de los grandes contadores de historia que nos dejó el siglo XX (léase Borges, Márquez y todos los que quieras añadir a la lista).
Sin embargo, en pleno siglo XXI, las historias que se narran en este libro de relatos no impresionan como seguro pudieron hacerlo en su época. Salvo en los cuentos más reconocidos, ya que quien no se estremezca al leer La gallina degollada es que es un ser digno de que Quiroga le añada en una nueva recopilación de sus historias escritas desde el infierno de sus recuerdos.
Pero, ¿que es lo que pasa entonces? Pues que te adentras en su universo y ves que este escritor es capaz de contar mucho más con sus omisiones que con sus letras. En el cuento de la gallina, apenas da detalles de sus desenlace, pero se te marca tan bien en la cabeza, que no lo podrás olvidar en mucho tiempo. O en la historia del solitario, donde te identificas tanto con el artesano que terminas por justificar una acción nada elogiable. Así con cada una de las historias que narra. Pequeñas píldoras que terminan por gustarte sin que, realmente, sepas el por qué. Quizás, indagando un poco en su desgraciada biografía, entiendas mejor sus obsesiones ya que estuvo siempre rodeado por la muerte y el desarraigo.
De entre todos sus cuentos, quiero destacar en especial el que cierra las historias que narra en esta recopilación. Una narración ¿optimista? en medio de un mundo de muerte y locura. Otro de sus cuentos inolvidables en el que el amor es el auténtico protagonista pero que, Quiroga, decide mostrarlo entre sus sutiles velos.
En definitiva, una obra fundamental que no impresiona por sus terroríficas propuestas pero que, sin embargo, sorprende en cada palabra que llena esta maravilla de edición.

Rojo, de Carlos Sisí



Terminada la primera parte de la trilogía de Sangre las sensaciones que tengo son las de querer empezar a contar los días para tener en mis manos la siguiente entrega. Y eso es toda una alegría y celebración, puesto que no conocía las anteriores obras de Carlos Sisí y me daba un poco de miedo empezar con una obra tan ambiciosa.
Y es que esta novela de vampiros tiene todos los ingredientes necesarios para que te atrape con facilidad. De entrada unos personajes llenos de carisma. Sobre todo los tres principales que llevan el peso de la narración. Sonia, Jared y Jimmy son los pilares básicos en esta grandilocuente historia y, sin ellos, el interés iría decreciendo. Sus caracteres son tremendamente antagónicos y, sin embargo, encajan el uno con el otro con tanta fluidez que te resulta imposible imaginarlos por separado. Basta que uno de ellos diga una frase para que tú reconozcas al instante quien de ellos está hablando. Además las acciones que realizan ante aquello que están viviendo son tremendamente coherentes con su personalidad. Hay más de una ocasión en que tanto estos personajes, como el resto que irán apareciendo, se sientan a discutir cuáles son las mejores opciones que tienen para enfrentarse a la amenaza que los acechan y todas esas discusiones son tan sensatas que solo puedes aplaudir al escritor.
Y esas amenazas son vampiros. Pero vampiros de los que uno quiere leer, sin tener que mencionar esas otras criaturas con dientes y brillantes. No pienso revelar nada de estas criaturas más allá de que cumplen el cometido de aterrar. Y eso, en un libro de estas características, es fundamental. Son criaturas despiadadas, inteligentes y algo más, aunque mejor lo descubres con la lectura.
Quizás el desarrollo de la trama peca en ocasiones de situaciones ya leídas anteriormente. Estamos ante un libro apocalíptico y eso siempre está marcado por escasez de alimentos, peligros al acecho y todas esas cosas. Pero jamas llega aburrir sus casi seiscientas páginas sino todo lo contrario. Los momentos de tensión impiden que esa sensación se te acerque y, realmente, hay bastantes.
Para poner un guinda a la lectura, el autor llena la novela de referencias a la cultura pop que casi todos conocemos. Algunas muy evidentes y otras más sutiles. Y, además, cuando tiene que ponerse serio es capa de soltar algún que otro discurso necesario para poder entender con total claridad la situación a la que se enfrentan los protagonistas. 
Ahora solo falta esperar a noviembre a ver si el nivel seguirá manteniéndose. El final da para mucho y espero disfrutar de la continuación de esta historia para ver cómo de roja seguirá la situación.

Las ratas, de James Herbert




Si hay algo a elogiar en esta novela es la sinceridad de su propuesta. No hay margen a engaños. Ratas como vía para encauzar el horror. Y a lo largo de sus páginas podrás disfrutar, no se si sería la palabra correcta, de las atrocidades que son capaces de acometer esta especie de roedores que a todos nos repugna.
Porque en esta novela los ataques violentas y macabros aparecen desde el inicio de la novela. Poco a poco te vas dando cuenta de la fragilidad de la sociedad ante una amenaza tan potente como esa. Y el autor la muestra sin ningún tipo de censura. De ahí que la lectura de este libro se convierta en un ejercicio de aguante ante los múltiples destrozos que una colonia de ratas hambrientas e inteligentes puedan ejercer sobre cualquier criatura que se ponga por delante. Capítulo a capítulo te vas estremeciendo y no puedes evitar erizarte al mirar con el rabillo del ojo esa cortina que tienes en casa y que se mueve con el viento.
Con todo eso como aliciente, no puedo reprimir una decepción al leer la novela. Porque no va más allá. Los personajes carecen de ningún tipo de estímulo para interesarse por ellos y eso lastra la lectura cuando ya ha leído varios capítulos de ataque. Hay una trama central, pero que no me terminó de estimular empatía en ningún momento y eso le resta fuerza a la novela al final. 
Sabiendo eso, todo lo demás se convierte en un espectáculo digno de saborear con un bolsa de basura cerca, porque ¿a quien no le gusta leer eso de que cientos de ratas devoren con ferocidad a un ser humano desvalido?

La señal, de Maxime Chattam



Tienes un libro como este en las manos y te preguntas si será tan bueno como lo pintan. La salvación del terror moderno, un soplo de aire fresco al género, te estremece hasta el punto de no poder levantarte a apagar las luces...Todos los calificativos imaginables para este libro de terror han sido pocos y eso condicionará tu opinión al respecto.
¿Es tan bueno como dicen?¿Vale tanto la pena leerlo con esa extensión? Mi respuesta es que sí. Que lo he pasado en grande con sus más de seiscientas páginas. Que he disfrutado de lo lindo en medio del misterio que envuelve el pueblo de Mahingal Falls, de su pasado, de sus secretos, de todo aquello que se oculta bajo los ríos anegados. A lo largo de sus capítulos, cortos y directos, no dejan de ocurrir sucesos sin explicación, algunos de ellos terrorificos, sin dar tiempo al lector de un pequeño descanso. Más de una vez me vi releyendo un pasaje ante lo macabro de la situación o para certificar que lo que había leído era real y no producto de mi ansia.
¿Quiere eso decir que nos encontramos con el libro de terror que todos buscamos? Pues mira, depende. Lovecraft solo hubo uno, y King otro (bueno...su hijo va por buen camino). Lo que narra aquí Maxime Chattam no es nada que no hayas leído antes. Es hijo de su tiempo y por sus páginas desfilan todo tipo de situaciones aterradoras que has leído o visto antes. Pero, ¿no pasa lo mismo cuando lees una novela negra?, ¿acaso las novelas románticas no reciten una y otra vez las mismas estructuras? En esta novela, todos los estándares del terror aparecen sin ningún tipo de pudor y, encima, el autor tiene la valentía de escribir algunos pasajes y situaciones que los autores convencionales no se atreverían ni a insinuar. 
Y si añadimos unos personajes que, sin ser el paradigma de originalidad, son coherentes y cercanos, pues entonces tienes todos los ingredientes para pasar un buen, mal, rato disfrutando de todo este entramado de atrocidades en el que las fuerzas del mal encuentran una oportunidad para hacer de las suyas. 
Si eres amante del terror tienes que leer esta novela. No revoluciona el género, pero te hace disfrutar de lo lindo de todo aquello que siempre has amado. Y no le compares. Ningún autor va a llegar a la altura de Poe, Lovecraft o Matheson. Pero...¿acaso no diremos lo mismo dentro de veinte años cuando uno recuerde La señal de Maxime Chattam?

Doce sustos y un perico, de Jaime Alfonso Sandoval



No sabría como redactar una crítica de este libro alejada de las emociones. ¡Estoy impactado! Y no pensé que un libro orientado a un público infantil-juvenil podía tener ese maravilloso efecto en mi. La historia que cuenta Jaime Alfonso Sandoval en esta novela es sencilla y no va a romper tu cabeza con tramas enrevesadas que permanezcan en tu memoria. O sí. En la mía lo doy por hecho, porque me ha hecho disfrutar como un enano de la historia de estos pequeños huérfanos que se ven envueltos en una aventura para la que no están del todo preparados. Y si permanecerá en mi memoria porque hacía muchos años que no me emocionaba con un libro hasta el punto de no poder reprimir alguna lagrimilla. Y no estamos hablando de un libro dramático. Justo lo contrario.
El libro es divertido hasta decir basta. Los personajes que aparecen son inolvidables, desde unas tías profesoras con un ligero problema de...mejor lo leen, hasta unas primas pijas, una directora de orfanato jeta y así un no parar. Quizás en la caracterización de estos personajes (unos cazadores, otros deportistas...) la cabeza se te va planeando a los libros de Roald Dahl, pero ¿acaso eso no es bueno?
Déjenme que frene mi entusiasmo. Quizás esta novela no sea para todo el mundo. Al fin y al cabo es un libro infantil y esa historias son sencillas, con cierta moralina y sin entrar en profundidad en dilemas más complejos. Pero, ¿que quieren que les diga? El autor consigue transmitir miedo cuando tiene que hacerlo, llena la obra de referencias para los que quieren verlas (lo del perico es maravilloso) y resuelve la trama de una manera tan eficaz que no pude esconder mi sonrisa en las ultimas diez páginas. Dije que iba a frenar mi entusiasmo, pero me niego a hacerlo.
Porque ¿para que están escritas las historias sino para emocionar a quienes las leen?

El extraño caso del Dr. Jeckyll y Mr. Hyde, de Robert Louise Stevenson


Leer un libro de este calibre es siempre una delicia. Y eso que partes siempre con la desventaja de saber con certeza el desenlace y que toda capacidad de sorpresa que aporta la historia ya es conocida de antemano. La dualidad del Dr. Jeckyll no sorprende en ningún momento y, a pesar de eso, sigue siendo una historia que fascina.
Porque aunque el terror que pudo ocasionar la presencia del señor Hyde en el pasado siglo XIX haya sido superado en la actualidad, lo que cuenta Stevenson en esta historia va mucho más allá. No te sorprende que un ser sea capaz de pisotear a una niña o que de rienda suelta a sus instintos más bajos sino que, si lo piensas bien y eres capaz de leer entre líneas, descubres que tú no eres tan diferente de esa criatura tan espantosa.
Eso confiera a la novela un aroma universal que se queda impregnado en tu ropa para siempre. Te guste o lo niegues, cada uno de nosotros mantiene controlado dentro de sus posibilidades a un ser oscuro en nuestro interior. Lo controlamos, o no, de la mejor manera que podemos. Ahí dentro está esperando a salir a la mínima oportunidad. Lo puedes sentir cada vez que enciendes el televisor, cuando te cuenta tu compañero de trabajo sus últimas vacaciones, cuando el juez de un partido señala una infracción en tu contra, cuando te faltan seis números de tu boleto de lotería o cuando miras con deseo los pasos de tu vecina. Lo ves en las redes sociales cada día que pones un comentario a una publicación.
La grandeza de esta novela es que Stevenson escribe una historia eterna en la que relata quien serías tú realmente si dejarás libre tus humanos instintos. Una obra universal que analiza cómo pocas la profundidad del alma humana y que, precisamente por eso, es aterradora.

El instituto, de Stephen King


Cuando compro un libro de Stephen King no suelo leer ningún tipo de reseñas. Ni siquiera me pongo a indagar en la sinopsis para ver por donde nos va a sorprender esta vez. Es King y para mi leer un de sus obras es contar con la certeza de que va a estar bien escrito y va a conseguir que pase un buen rato.
De ahí que cuando inicias las más de seiscientas páginas que tiene esta nueva obra pues las afrontes con la tranquilidad de que lo que está por venir te va a dejar satisfecho. Y en esta obra tampoco falla.
King en este libro nos propone una institución en la que conviven una serie de niños con características especiales. Poco más voy a revelar de esta novela ya que lo importante es disfrutarla y descubrir que es lo que los hace especiales y cuál es la misión que tiene ese instituto del que se habla en el titulo de la novela. 
Entonces, ¿otra novela de Stephen King con niños enfrentados a situaciones para las que no están preparados? Pues sí, con todo lo bueno y malo que eso supone. La capacidad que tiene el autor para ponerte en la piel de los críos es sobresaliente. Es imposible no ponerse en su piel y sentir como propios las miles de cosas que les van a ocurrir. Y no son agradables de leer. Estamos en un libro de King y contamos ya con eso.
Sin embargo, la lectura es lenta por momentos y requiere de una cierta paciencia y predisposición para poder disfrutarla en su totalidad. Tiene sentido, porque de algún modo hay que preparar al lector para todo lo que acontece en el último tercio de la novela donde ya se pondrán todas las cartas sobre la mesa. Es aquí cuando ya las páginas vuelan sin que apenas te des cuenta y cuando todo empieza a encajar de un modo quirúrgico que te invita a aplaudir al genio de Maine.
Y además, la novela tiene un as en la manga en forma de epílogo. Poco puedo decir de él salvo que es lo que, para mi, deja el gustito sabroso de una excelente obra. Ese toque diferente que te invita a repetir una y otra vez los platos que te sirve Stephen King y que sientas que, a pesar del empacho, siempre tienes hueco para uno de sus postres.

Apocalipsis, de Stephen King

 Muchas veces cometemos el error de juzgar una historia en base a las ideas que nos habíamos formado en la cabeza. Nos adentramos en mundos ...