Mostrando entradas con la etiqueta terror contemporáneo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta terror contemporáneo. Mostrar todas las entradas

martes, 1 de octubre de 2019

El espectáculo del vampiro, de Richard Laymon


Mi primera incursión en los mundos de Richard Laymon y ha sido un auténtico fiasco. Y me da rabia, porque he visto dentro de esta novela muchas ideas buenas y la insinuación de muchas tardes que vamos a pasar acompañados. Su narrativa ágil, sus abundantes y cercanos diálogos, su capacidad de invitarte a entrar en la mente de los personajes han ganado mi confianza como para seguir leyendo algo más de este autor.
Porque tenía entendido que las tramas de este escritor tenían la capacidad de estremecerte. Sangre, visceral, tramas macabras e inquietantes, todo lo que había oído se Laymon me avisaba de que estaba en frente de una mente enferma dispuesta a perturbar a todo aquel que quisiera una historia poco convencional.
Pues nada de eso aparece por El espectáculo del vampiro. Nada. Y mira que, aún siendo aproximadamente unas cuatrocientas páginas, la letra es tan pequeña que podría doblar las mismas en cualquiera otra edición. Y lo peor es que, a pesar de eso, en ningún momento aparece esa trama que esperas y que no se intuye en ningún momento.
Esta historia versa sobre la amistad, el descubrimiento del sexo, la responsabilidad, el miedo a la pérdida, la violencia...y todo eso está muy bien desarrollado. El problema viene cuando el título del libro es El espectáculo del Vampiro.
Bien, seguimos adelante, una página más. ¡Vaya! aquí aparece un perro infernal. Sigamos, ¡mira han entrado en la casa! Esto empieza a ponerse interesante. Bueno, no era lo que yo pensaba, pero seguro que ahora...y así van pasando páginas y páginas sin que realmente vayas a ningún lado, más allá que la historia de esa amistad y el desarrollo de los personajes.
Entonces, será el final donde todo estalla. Seguro que el autor está encariñándome con los personajes para que me duela en lo más profundo lo que lea va a ocurrir ante el espectáculo. Me temo que lo van a pasar muy mal...y así te das cuenta de que llegan las últimas cincuenta páginas. 
A partir de aquí todo se precipita y pasa lo que tiene que pasar. Nada que objetar salvo que es un auténtico despropósito. Situaciones absurdas, cambios en el comportamiento de los personajes sin venir a cuento, llegada de Rambo a la trama. La verdad, si por algo hay que leer este libro es por esa última parte en la que el autor te dice algo así como: “mira chico, olvídate de las últimas trescientas páginas y vamos a improvisar” un auténtico calvario en el que, lo peor de todo, ni siquiera tiene una pizca de mala leche. Tan solo un párrafo, un magnífico párrafo en el que sientes que este autor puede ser capaz de crear situaciones incómodas y que pronto las empezarás a leer.
No todo es malo. Los personajes femeninos aquí están muy logrados y son los que realmente llevan el peso de la historia. Sin ellos no habría trama, directamente. Pero no merece la pena un libro con tanta extensión para demostrar que los varones somos simples, torpes e imbeciles. 
En fin. Una lectura fallida que puede gustar a quienes quieran ver una historia de amistad sin esperar nada más allá. Una pena.

Lobos, de Xavier M. Sotelo



¿Cómo podría describir las sensaciones que tengo ahora, a minutos de terminar esta obra de Xavier M. Sotelo? Ninguna de las palabras que utilizará haría justicia. Emoción, angustia, miedo...todo y más. Con cada página que leía mi cabeza volaba pensando: “no me puedo creer lo que estoy leyendo”. Han vuelto, el mito del hombre Lobo ha vuelto y lo ha hecho por la puerta grande.
El licántropo había desaparecido de la mente de los aficionados al terror. Ninguna historia conseguía hacer justicia a esa criatura tan amenazadora que recopilaba en un mismo cuerpo la fiereza y visceralidad de un animal leta como el lobo y el raciocinio y la mala leche que puede aportar un ser humano. El hombre Lobo lo tiene todo para ganar y más si caza en manada. Pero la literatura y el cine los habían dejado de lado, apareciendo solo como agentes secundarios a la sombra del resto de criaturas de la noche.
En esta obra no. Aquí son la estrella y lo hacen con todas las consecuencias. Despiadados, inteligentes, crueles y brutales, las criaturas se mueven a sus anchas destrozando por completo a sus pobres víctimas. Y lo mejor de todo, es que estas te importan. Y mucho.
Las primeras páginas de esta novela podrían parecer desesperantes. El autor emplea el tiempo suficiente para que conozcas a cada uno de los personajes que van a perecer más tarde ante los lobos. No pretendo destripar, que bien empleada la palabra ahora, la novela. El autor deja claro en sus primeras páginas el brutal desenlace que tendrán los jóvenes que se adentran en tierras desconocidas. Avisa al lector y eso hace que conforme vayas leyendo sus circunstancias te apene el saber que pronto todas esas vivencias quedarán en nada. Genial la jugada del autor al que adoro desde ya.
Luego llega la noche y con ella todo lo que vendrá con la luna. Aquí el lector encontrará todo lo que espera y más. No voy a entrar en espoilers pero diré que mis expectativas se cumplieron con creces. El autor no escatima en detalles acerca de lo que lees y es capaz de describir con certeza todos los sucesos que hará disfrutar, y horrorizarse, al lector. El resto de la trama ya te tiene ganado y, aún así, seguirá sorprendiéndote.
¿Qué más puedo decir? Creo que el resumen sería algo así a que estoy ante una de mis lecturas indiscutibles del año y que no deben perdérsela si les gusta el género. Es muy difícil de conseguir en España, pero si consiguen hacerse con una copia, no duden en hacerlo. Merece la pena leer esta magnífica obra que te vuelve a reconciliar con el miedo a la luna.

Rojo, de Carlos Sisí



Terminada la primera parte de la trilogía de Sangre las sensaciones que tengo son las de querer empezar a contar los días para tener en mis manos la siguiente entrega. Y eso es toda una alegría y celebración, puesto que no conocía las anteriores obras de Carlos Sisí y me daba un poco de miedo empezar con una obra tan ambiciosa.
Y es que esta novela de vampiros tiene todos los ingredientes necesarios para que te atrape con facilidad. De entrada unos personajes llenos de carisma. Sobre todo los tres principales que llevan el peso de la narración. Sonia, Jared y Jimmy son los pilares básicos en esta grandilocuente historia y, sin ellos, el interés iría decreciendo. Sus caracteres son tremendamente antagónicos y, sin embargo, encajan el uno con el otro con tanta fluidez que te resulta imposible imaginarlos por separado. Basta que uno de ellos diga una frase para que tú reconozcas al instante quien de ellos está hablando. Además las acciones que realizan ante aquello que están viviendo son tremendamente coherentes con su personalidad. Hay más de una ocasión en que tanto estos personajes, como el resto que irán apareciendo, se sientan a discutir cuáles son las mejores opciones que tienen para enfrentarse a la amenaza que los acechan y todas esas discusiones son tan sensatas que solo puedes aplaudir al escritor.
Y esas amenazas son vampiros. Pero vampiros de los que uno quiere leer, sin tener que mencionar esas otras criaturas con dientes y brillantes. No pienso revelar nada de estas criaturas más allá de que cumplen el cometido de aterrar. Y eso, en un libro de estas características, es fundamental. Son criaturas despiadadas, inteligentes y algo más, aunque mejor lo descubres con la lectura.
Quizás el desarrollo de la trama peca en ocasiones de situaciones ya leídas anteriormente. Estamos ante un libro apocalíptico y eso siempre está marcado por escasez de alimentos, peligros al acecho y todas esas cosas. Pero jamas llega aburrir sus casi seiscientas páginas sino todo lo contrario. Los momentos de tensión impiden que esa sensación se te acerque y, realmente, hay bastantes.
Para poner un guinda a la lectura, el autor llena la novela de referencias a la cultura pop que casi todos conocemos. Algunas muy evidentes y otras más sutiles. Y, además, cuando tiene que ponerse serio es capa de soltar algún que otro discurso necesario para poder entender con total claridad la situación a la que se enfrentan los protagonistas. 
Ahora solo falta esperar a noviembre a ver si el nivel seguirá manteniéndose. El final da para mucho y espero disfrutar de la continuación de esta historia para ver cómo de roja seguirá la situación.

Las ratas, de James Herbert




Si hay algo a elogiar en esta novela es la sinceridad de su propuesta. No hay margen a engaños. Ratas como vía para encauzar el horror. Y a lo largo de sus páginas podrás disfrutar, no se si sería la palabra correcta, de las atrocidades que son capaces de acometer esta especie de roedores que a todos nos repugna.
Porque en esta novela los ataques violentas y macabros aparecen desde el inicio de la novela. Poco a poco te vas dando cuenta de la fragilidad de la sociedad ante una amenaza tan potente como esa. Y el autor la muestra sin ningún tipo de censura. De ahí que la lectura de este libro se convierta en un ejercicio de aguante ante los múltiples destrozos que una colonia de ratas hambrientas e inteligentes puedan ejercer sobre cualquier criatura que se ponga por delante. Capítulo a capítulo te vas estremeciendo y no puedes evitar erizarte al mirar con el rabillo del ojo esa cortina que tienes en casa y que se mueve con el viento.
Con todo eso como aliciente, no puedo reprimir una decepción al leer la novela. Porque no va más allá. Los personajes carecen de ningún tipo de estímulo para interesarse por ellos y eso lastra la lectura cuando ya ha leído varios capítulos de ataque. Hay una trama central, pero que no me terminó de estimular empatía en ningún momento y eso le resta fuerza a la novela al final. 
Sabiendo eso, todo lo demás se convierte en un espectáculo digno de saborear con un bolsa de basura cerca, porque ¿a quien no le gusta leer eso de que cientos de ratas devoren con ferocidad a un ser humano desvalido?

Apocalipsis, de Stephen King

 Muchas veces cometemos el error de juzgar una historia en base a las ideas que nos habíamos formado en la cabeza. Nos adentramos en mundos ...