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jueves, 3 de octubre de 2019

Angus dei, de Nieves Moiries



¿En donde se encuentran los límites de la cordura? ¿Cuáles son los factores que desencadenan la desconexión con nuestra realidad? ¿Eres tú quien crea monstruos o los monstruos buscaron el modo de moldearte a ti?
Esta pequeña novela no te va a plantear ninguna de esas preguntas, al menos abiertamente. Es una mera descripción de sentimientos ahogados, que piden a gritos escapar de una realidad incómoda de la que solo puedes escapar mediante la muerte. A pesar de ello, no dejas de sentir que quedan miles de cuestiones en el aire cuya verdadera respuesta la tienes que encontrar por ti mismo. Porque te invita a entrar en la cabeza de una mente deshecha, torturada,  incapaz de diferenciar entre la dura y perturbadora enajenación y una no menos dura y perturbadora realidad.
Enfrentarse a la muerte, a la tuya y a la de tus seres (no) queridos no es agradable. Más cuando son ellos los culpables de que tu vida se haya convertido en una auténtica pesadilla. El amor y el odio son las dos caras de la misma mierda. ¿No parece razón suficiente como para desear acabar con ella?
Esta es una novela incómoda, difícil, confusa, terrible y real. Puede que no termine de gustarte. Y es que los libros, y la vida, no siempre son tan agradables como tú  esperabas.

lunes, 30 de septiembre de 2019

Siempre hemos vivido en el castillo, de Shirley Jackson





El terror de esta novela empapa cada una de sus palabras. Agazapado ahí, entre sutiles frases. Comentarios en apariencia inocentes que esconden lo que la novela quiere esconderte. Shirley Jackson lo consigue, de nuevo, presentando una historia en apariencia onírica y sutil que oculta una auténtica dosis de terror, de ese terror que se clava en tu cabeza y que no tiene que ver con monstruos, fantasmas, demonios o criaturas inimaginables. O bueno, depende de lo que consideres fantasmas, demonios o criaturas inimaginables porque nada es lo que parece en esta novela.
Una historia en apariencia sencilla se va desgranando en pequeñas dosis perfectamente encajadas en una narración en todo momento perturbadora. Bajo la particular mirada de Merrycat, inocente o devastadora, vamos conociendo la historia de una familia con un pasado oscuro. En pequeñas píldoras vemos la fascinante personalidad de esta pequeña, a la que los vecinos del pueblo miran con odio por el mero hecho de pertenecer a los Blackwood. Y ahí es donde Shirley Jackson, desde el primer momento, empieza a dibujar con quirúrgico acierto una personalidad con la que te va a ser imposible no empatizar.
Porque esta novela está narrada desde el punto de vista de esta pequeña niña de 18 años. Espera, ¿que? Has dicho...bueno, Shirley Jackson siempre va a jugar contigo como lector y te invitará a pasar al mundo onírico de la pequeña Merrycat, a conocer sus miedos, sus rituales de protección, su afán por mantenerse segura y su amor incondicional a su pequeño universo. Todo está narrado desde su corazón, un corazón que reacciona ante un mundo que la señala cuando va por la calle a comprar fruta, cuando se para a recoger setas o se sienta a esperar a que le sirvan un café. 
Ya el resto de la historia te la deja a ti como lector para que saques tus conclusiones. Y en eso, nadie como Shirley Jackson para plantearte semillas en tu cabeza que germinarán desde que cierres el libro y pienses en releerlo inmediatamente.

Micosis, de Enerio Dima




El terror tiene muchas caras. La mayor parte de las historias terroríficas nos presentan una amenaza que viene para llevarnos a lo más profundo de la oscuridad. Estamos indefensos ante su presencia y poco podremos hacer ante la posibilidad de una muerte inminente.
Pero existen otro tipo de historias que, a poco que te metas en ellas, son aún más aterradoras. La reconoces porque te sientes plenamente identificado con el personaje que las protagoniza. En esas historias tu mente se ve envuelta por un tipo de amenazas ante las que no te servirán los crucifijos, las balas de plata, el agua bendita o ser la última de las personas que se enfrenta a ellas. Son amenazas reales que puedes vivir en cualquier momento, si no lo estás haciendo ya.
Y en esta novela de terror ese tipo de amenazas está presente en cada una de sus páginas.
Y no es que no haya amenazas externas a la protagonista, que las hay. El mismo título de la novela deja bien claro que  la tranquilidad en esta pequeña obra va a brillar por su ausencia. Una infección devastadora aparece y no tiene pinta que  vaya a ser sencilla de controlar.  Y eso siempre genera tensión y, con la tensión, viene el miedo. Un miedo a lo desconocido, a la incertidumbre, al presente inmediato y a un futuro indefinido.
Pero cuando te metes en la piel del personaje que conduce esta novela, cuando la acompañas a esos baños a sentarte a solas con ella, cuando miras en su espejo y te ves a ti mismo reflejado...tiemblas.

domingo, 29 de septiembre de 2019

La chica descalza en la colina de los arándanos, de Nieves Mories



Intentar hacer una reseña de una novela corta como esta es entrar en un absoluto destripe de la trama. Y creo sinceramente que lo mejor es no conocer nada de ella y sentarse sin más a disfrutar de una historia brutal en la que, a cada paso, te vas adentrar en la oscuridad más absoluta.
Tan solo adentrarse en el primero de los capítulos te valdrá para preguntarte acerca de lo que está pasando. La manera de narrar que tiene la autora es fascinante, en especial el modo en el que retuerce las palabras. Una sensación curiosa porque conforme avanzas en la trama y empiezas a descubrir lo que se oculta en ese pueblo de Blueberry Hill te das cuenta que la historia, y la misma narración, se va oscureciendo hasta que sientes que es a ti mismo a quien le falta el aire. 
Secuencias perturbadoras, humor negro, suciedad en el aire y el ambiente...está historia merece la pena ser descubierta porque, en el fondo, la hemos visto en cada uno de nuestros pueblos.

Cadáver exquisito. Agustina Bazterrica


Las sensaciones que me quedan tras la lectura de este libro son contradictorias. Tenía una premisa de lo más interesante y plantea una sociedad de lo más aterradora y, por momentos, terrible. Una sociedad que no deja de ser la misma en la que vivimos, con los mismos miedos, las mismas necesidades y las mismas vergüenzas.
La historia en se mueve bajo el inmenso dolor de su protagonista, que es con diferencia lo más que me ha gustado. Consigues con cierta facilidad identificarte con el personaje y llegas a formar parte del dolor que lo avasalla. Acompañas todos sus pasos y tienes ganas de sentarte a su lado para decirle que no está solo, que le entiendes y que siempre estarás para lo que necesite. 
Pero entonces, ¿que es lo que me falla en esta historia? Pues ahí tendríamos que entrar de lleno en el argumento. No será un destripe (qué bien empleado) ya que la sinopsis del libro invita a adentrarnos en una sociedad en la que ya no existe la carne por la contaminación y muerte de la gran mayoría de los animales. Y tampoco el que en esa sociedad ha institucionalizado el canibalismo, dividiendo a sus ciudadanos en dos clases: los que sirven de alimento y los que se alimentan. 
Ese argumento con el que parte la historia ya es motivo suficiente para poder disfrutar con una historia cruel y descorazonadora. Y la autora se encarga de relatar con todo lujo de detalles algunos pasajes que no van a ser bien tolerados por aquellos sensibles a según qué lecturas. De verdad, hay momentos muy fríos y perturbadores que no serán del gusto de muchos. 
Pero el problema para mi radica en que, desde los primeros capítulos, la historia tiene bien definido el objetivo al que se dirige. Y, aún entendiendo que toda obra literaria lleva implícita la marca personal del autor, en este libro es tan evidente la lectura que toda sutileza queda hundida entre lonchas de carpaccio. Eso está muy bien si tú eres partidario de ese tipo de ideologías pero resulta cansino si no la compartes. 
Y es una pena porque el resto de la obra tiene unas ideas formidables en las que la sugerencia y sutilidad predominan sobre el evidente rechazo a nuestro modo de consumo. Cada capítulo te plantea nuevas cuestiones, entra en asuntos de eterna actualidad, plantea debates y se atreve a plantear ideas muy arriesgadas. Pero todas esas preguntas viene con unas respuestas ya de por si muy masticadas.

Destacar por último la tremenda valentía que ha tenido esta autora por publicar un libro como este. Ni quiero ni pensar la que se la ha podido venir encima arriesgando con una novela valiente y necesaria, aunque por desgracia yo no la haya podido degustar como merece.

Apocalipsis, de Stephen King

 Muchas veces cometemos el error de juzgar una historia en base a las ideas que nos habíamos formado en la cabeza. Nos adentramos en mundos ...