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viernes, 6 de diciembre de 2019

El único hombre vivo, de Mario Gómez Giménez


     Las historias apocalípticas siempre me gustaron. Y más si en ellas aparecen amenazas de diversa índole ante las que los seres humanos se ven incapaces de poder afrontar.
Cuando ese tipo de amenazas se localizan en una ciudad como Barcelona, entonces el interés aumenta ya que puedes sentir el olor de sus calles y sus gentes recorriendo cada página de la historia.
     En este libro los zombies, aunque hay un virus por ahí molestando que les quitaría su denominación, se encargan de poner patas arriba la ciudad condal. El caso que se genera se narra desde puntos de vista bien distintos: el de un policía que se ve desbordado ante los acontecimientos y el una reportera que nos aporta una visión más externa del asunto, complementando el puzzle con una mirada más analítica. Así, el análisis de cómo poder afrontar una crisis de este estilo se ve enfocado a varios niveles. En el terreno, a nivel periodístico y, aparte, político y social.
     Todo esto podría suponer un combo ganador para una novela de género. Su lectura es ágil, el autor domina la narración pese a ser su primera novela y eso permite que la lectura la puedes disfrutar sin mayores distracciones.
      Pero no todo es bueno. Como novela de este subgénero tan querido se queda en una narración sin tripas. Aunque eso tiene como ventaja que es accesible a todo el mundo, le guste o no el género. Pero yo eché en falta un poco más de vísceras, ojos y cerebros destrozados. Además, juega en su contra los desmedidos elogios que encuentras por las redes, en los que tienes la sensación de encontrarte ante la sucesora de Guerra Mundial Z. La novela no aporta al género nada que no hayas leído antes ni tampoco tiene por qué hacerlo.
     Teniendo eso en cuenta, y que a estas alturas poca originalidad se puede añadir al género, la novela la puedes disfrutar como el puro entretenimiento que es. Y eso no es poco. Es divertida, pierde su tiempo en explicar lo que acontece y le da un argumento a una historia de zombies. Tan solo por eso merece la pena conocer un poco a este nuevo autor.



domingo, 17 de noviembre de 2019

El perturbado del verbo, de Luis Henríquez Hernández

Los libros de relatos suelen ser una oportunidad perfecta para entrar dentro de  un mundo desconocido. Un mundo que intuyes empapa cada uno de los pensamientos de la cabeza del escritor. Cuando te pierdes en sus páginas, y lees entre líneas, puedes encontrar sus anhelos, su particular visión de la vida, su cúmulo de referencias culturales o, incluso, sus más escondidos miedos.
En esta recopilación de relatos el perturbado, acertado alter ego del escritor, se dedica a experimentar con todas y cada una de las ideas que parece que le inquietan. Desde criaturas demoniacas ávidas de conseguir el flaqueo de todo tipo de voluntades hasta los curiosos deseos de vida de un ser que no le encuentra sentido a su existencia. Pero, además de crear historias en esencia perturbadoras, se dedica a jugar con todo tipo de narraciones, pasando de relatos largos e incomodos en los que un personaje se dedica a vaciarse, literalmente, hasta encontrar su yo interior, a mostrar varios puntos de vista de una misma historia, recrear una onírica fantasía sexual o juguetear con la búsqueda de una explicación a la locura que parece formar parte de su cabeza. Incluso se atreve a homenajear a uno de los más grandes, en una deliciosa vuelta de tuerca a todo el universo que le rodea.
Y todo eso lo plasma de una manera fantástica, cercana y con la capacidad contagiosa que tiene para conseguir que entiendas todo aquello de lo que está narrando hasta hacerte sentir particularmente identificado. Lees una historia en la que ves como un ser necesita deshacerse de todo tipo artificios físicos para encontrarse a sí mismo y entiendes que tras esos relatos, algunos macabros, otro divertidos y todos interesantes, se esconde algo más.
Por eso, cuando lees historias rocambolescas como la del señor que pierde la cabeza o cuando entras dentro de mi historia favorita, Mis trastornadas voluntades, ves al autor está desnudándose ante tus ojos sin ningún tipo de rubor, dando muestras de que te encuentras ante algo más oscuro, sincero y real de lo que aparenta bajo tantas capas de sangre, sexo y, como no , rock and roll.

Son muchos relatos dignos de releer una y otra vez para sacar todo su jugo. Relatos no aptos para todos los estómagos pero que te harán estremecerte, carcajear y, en ocasiones, hasta excitar pero que, sobre todas esas cosas, te harán sentir que has conocido a un autor en toda su perturbada esencia.

martes, 15 de octubre de 2019

Un puñado de sombras, de Leandro Pinto




Los libros de relatos suelen ser un modo perfecto para conocer las filias e inquietudes de aquellos escritores que apenas conoces y quieres saber de que pie cojean y, por otro lado, un pequeño regalo para disfrutar de los autores a los que ya vas siguiendo la pista y estás ya de lleno dentro de su universo.
En el caso de Leandro Pinto se unían ambas cosas. Por un lado ya había disfrutado de uno de sus relatos de la serie Demencia y quería indagar un poco más en su manera de ver el horror. De ahí que cuando me encontré con la portada de este libro, con esa presencia espectral e incómoda me decidí apostar por su lectura. 
¿Y que es lo que encontré en sus pequeñas historias? Pues varias cosas. De entrada la idea de que aquí el autor se ha lanzado a describir todas aquellos miedos que, quien más o quien menos, hemos padecido en algún momento. Miedo a la muerte, al dolor, a lo desconocido. Miedo a los vampiros, fantasmas o criaturas demoniacas surgidas de un horror desconocido. A animales descontrolados, científicos locos, a las cucarachas...todo tipo de miedos que en algún momento dado hemos padecido se dan paso en los siete relatos que componen esta obra.
Pero es que, aparte de eso, este libro es un homenaje a los seguidores de esa sensación tan placentera e incómoda que tanto nos gusta. La de el terror. Porque cualquiera que tenga historias a sus espaldas tiene que disfrutar como yo lo hice de historias como la de Bela y uno de nuestros más temibles miedos de la infancia, la de Sephora, el que para mi se convierte en el mejor de los relatos, o la tremenda historia con el que se cierra la recopilación, heredera directa de Cronemberg. En lo visual, claro, porque luego viene la parte narrativa y ahí se nota perfectamente que nos encontramos con un autor que tiene a sus espaldas muchas noches sin dormir bajo el cobijo de lo gótico. Y si, son esos autores que tanto hemos leído. Están ahí, respirando entre las líneas, mostrando su trascendencia aún cien años más tarde.

En resumen, esta serie de relatos está hecha para cualquier amante del género. Desde para aquel al que le gusta la sutileza, ¿he dicho Sephora? al que prefiere disfrutar de lo grotesco y lo incómodo. Porque ¿a quién no le gusta abrir un ataúd y mirar lo que hay dentro? ¿Quién no tiene curiosidad por subir al laboratorio secreto de un científico loco? ¿Quién no tiene miedo a que se acabe la anestesia?

jueves, 3 de octubre de 2019

Angus dei, de Nieves Moiries



¿En donde se encuentran los límites de la cordura? ¿Cuáles son los factores que desencadenan la desconexión con nuestra realidad? ¿Eres tú quien crea monstruos o los monstruos buscaron el modo de moldearte a ti?
Esta pequeña novela no te va a plantear ninguna de esas preguntas, al menos abiertamente. Es una mera descripción de sentimientos ahogados, que piden a gritos escapar de una realidad incómoda de la que solo puedes escapar mediante la muerte. A pesar de ello, no dejas de sentir que quedan miles de cuestiones en el aire cuya verdadera respuesta la tienes que encontrar por ti mismo. Porque te invita a entrar en la cabeza de una mente deshecha, torturada,  incapaz de diferenciar entre la dura y perturbadora enajenación y una no menos dura y perturbadora realidad.
Enfrentarse a la muerte, a la tuya y a la de tus seres (no) queridos no es agradable. Más cuando son ellos los culpables de que tu vida se haya convertido en una auténtica pesadilla. El amor y el odio son las dos caras de la misma mierda. ¿No parece razón suficiente como para desear acabar con ella?
Esta es una novela incómoda, difícil, confusa, terrible y real. Puede que no termine de gustarte. Y es que los libros, y la vida, no siempre son tan agradables como tú  esperabas.

martes, 1 de octubre de 2019

Rojo, de Carlos Sisí



Terminada la primera parte de la trilogía de Sangre las sensaciones que tengo son las de querer empezar a contar los días para tener en mis manos la siguiente entrega. Y eso es toda una alegría y celebración, puesto que no conocía las anteriores obras de Carlos Sisí y me daba un poco de miedo empezar con una obra tan ambiciosa.
Y es que esta novela de vampiros tiene todos los ingredientes necesarios para que te atrape con facilidad. De entrada unos personajes llenos de carisma. Sobre todo los tres principales que llevan el peso de la narración. Sonia, Jared y Jimmy son los pilares básicos en esta grandilocuente historia y, sin ellos, el interés iría decreciendo. Sus caracteres son tremendamente antagónicos y, sin embargo, encajan el uno con el otro con tanta fluidez que te resulta imposible imaginarlos por separado. Basta que uno de ellos diga una frase para que tú reconozcas al instante quien de ellos está hablando. Además las acciones que realizan ante aquello que están viviendo son tremendamente coherentes con su personalidad. Hay más de una ocasión en que tanto estos personajes, como el resto que irán apareciendo, se sientan a discutir cuáles son las mejores opciones que tienen para enfrentarse a la amenaza que los acechan y todas esas discusiones son tan sensatas que solo puedes aplaudir al escritor.
Y esas amenazas son vampiros. Pero vampiros de los que uno quiere leer, sin tener que mencionar esas otras criaturas con dientes y brillantes. No pienso revelar nada de estas criaturas más allá de que cumplen el cometido de aterrar. Y eso, en un libro de estas características, es fundamental. Son criaturas despiadadas, inteligentes y algo más, aunque mejor lo descubres con la lectura.
Quizás el desarrollo de la trama peca en ocasiones de situaciones ya leídas anteriormente. Estamos ante un libro apocalíptico y eso siempre está marcado por escasez de alimentos, peligros al acecho y todas esas cosas. Pero jamas llega aburrir sus casi seiscientas páginas sino todo lo contrario. Los momentos de tensión impiden que esa sensación se te acerque y, realmente, hay bastantes.
Para poner un guinda a la lectura, el autor llena la novela de referencias a la cultura pop que casi todos conocemos. Algunas muy evidentes y otras más sutiles. Y, además, cuando tiene que ponerse serio es capa de soltar algún que otro discurso necesario para poder entender con total claridad la situación a la que se enfrentan los protagonistas. 
Ahora solo falta esperar a noviembre a ver si el nivel seguirá manteniéndose. El final da para mucho y espero disfrutar de la continuación de esta historia para ver cómo de roja seguirá la situación.

lunes, 30 de septiembre de 2019

Micosis, de Enerio Dima




El terror tiene muchas caras. La mayor parte de las historias terroríficas nos presentan una amenaza que viene para llevarnos a lo más profundo de la oscuridad. Estamos indefensos ante su presencia y poco podremos hacer ante la posibilidad de una muerte inminente.
Pero existen otro tipo de historias que, a poco que te metas en ellas, son aún más aterradoras. La reconoces porque te sientes plenamente identificado con el personaje que las protagoniza. En esas historias tu mente se ve envuelta por un tipo de amenazas ante las que no te servirán los crucifijos, las balas de plata, el agua bendita o ser la última de las personas que se enfrenta a ellas. Son amenazas reales que puedes vivir en cualquier momento, si no lo estás haciendo ya.
Y en esta novela de terror ese tipo de amenazas está presente en cada una de sus páginas.
Y no es que no haya amenazas externas a la protagonista, que las hay. El mismo título de la novela deja bien claro que  la tranquilidad en esta pequeña obra va a brillar por su ausencia. Una infección devastadora aparece y no tiene pinta que  vaya a ser sencilla de controlar.  Y eso siempre genera tensión y, con la tensión, viene el miedo. Un miedo a lo desconocido, a la incertidumbre, al presente inmediato y a un futuro indefinido.
Pero cuando te metes en la piel del personaje que conduce esta novela, cuando la acompañas a esos baños a sentarte a solas con ella, cuando miras en su espejo y te ves a ti mismo reflejado...tiemblas.

domingo, 29 de septiembre de 2019

La chica descalza en la colina de los arándanos, de Nieves Mories



Intentar hacer una reseña de una novela corta como esta es entrar en un absoluto destripe de la trama. Y creo sinceramente que lo mejor es no conocer nada de ella y sentarse sin más a disfrutar de una historia brutal en la que, a cada paso, te vas adentrar en la oscuridad más absoluta.
Tan solo adentrarse en el primero de los capítulos te valdrá para preguntarte acerca de lo que está pasando. La manera de narrar que tiene la autora es fascinante, en especial el modo en el que retuerce las palabras. Una sensación curiosa porque conforme avanzas en la trama y empiezas a descubrir lo que se oculta en ese pueblo de Blueberry Hill te das cuenta que la historia, y la misma narración, se va oscureciendo hasta que sientes que es a ti mismo a quien le falta el aire. 
Secuencias perturbadoras, humor negro, suciedad en el aire y el ambiente...está historia merece la pena ser descubierta porque, en el fondo, la hemos visto en cada uno de nuestros pueblos.

Apocalipsis, de Stephen King

 Muchas veces cometemos el error de juzgar una historia en base a las ideas que nos habíamos formado en la cabeza. Nos adentramos en mundos ...